Corrigen un trastorno raro y mortal en ocho recién nacidos ‘tocando’ su ADN

Corrigen un trastorno raro y mortal en ocho recién nacidos ‘tocando’ su ADN

Fuente: El Mundo (https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2019/04/18/5cb7245c21efa0ba708b4631.html)

En pacientes con Parkinson, melanoma, leucemia, VIH, hemofilia… La terapia génica se va mostrando como una opción válida cada vez en más enfermedades. Ahora, un nuevo ensayo clínico demuestra que también podría corregir “de forma segura” los sistemas inmunológicos de recién nacidos diagnosticados con un trastorno hereditario raro y potencialmente mortal: inmunodeficiencia combinada grave ligada al X (X-SCID).

Al menos, ha funcionado en ocho bebés afectados por esta patología, que es de base genética y muy poco frecuente (en EEUU, la padece uno de cada 58.000 recién nacidos). Su sistema inmunitario no puede comportarse correctamente porque las células inmunitarias que combaten las infecciones no se desarrollan ni funcionan como se espera.

“Estos niños son altamente susceptibles a ciertas infecciones, sobre todo las ocasionadas por bacterias. Si no se trata este trastorno, puede tener un resultado fatal, generalmente dentro del primer o segundo año de vida”, relatan los autores en el artículo, que acaba de ver la luz en la revista The New England Journal of Medicine. En la práctica clínica, la única opción terapéutica es el trasplante de médula ósea con un donante totalmente compatible. Sin embargo, menos del 20% de los bebés tienen esta posibilidad y en ocasiones, “la inmunidad se restaura sólo parcialmente, con algunas complicaciones médicas como infecciones crónicas”.

Grandes esperanzas

Con este escenario, aunque el tratamiento con terapia génica ha sido experimental y en un grupo pequeño de pacientes, los “resultados ofrecen grandes esperanzas”, subrayan los científicos responsables, quienes explican que los pequeños “experimentaron mejoras sustanciales en el funcionamiento de sus sistema inmune y crecieron normalmente durante los dos años siguientes al tratamiento”. Es decir, este nuevo enfoque parece “más seguro y más efectivo que las estrategias de terapia génica probadas previamente para este trastorno genético”.

En este punto, Gloria González, directora del Programa de Terapia Génica del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), explica que en “los primeros ensayos realizados hace muchos años, parte de los pacientes se curaron, pero otros desarrollaron después leucemia”. Desde entonces, “se han desarrollado nuevos vectores más seguros con los que desaparece el riesgo de activar los oncogenes”. Antes, se utilizaban los gammaretrovirus y ahora los lentivirus.

La terapia génica consiste en modificar estos lentivirus para que hagan de vehículo e introduzcan material genético en el ADN alterado de las células de los pacientes. El objetivo: corregir los errores genéticos causantes de distintas enfermedades.

Dado el éxito logrado en los ocho bebés, “la terapia génica podría ser una opción de tratamiento eficaz para los recién nacidos con esta afección extremadamente grave, sobre todo en aquellos que carecen de donante óptimo para el trasplante. Se trata de un avance que les ofrece la esperanza de desarrollar un sistema inmunológico completamente funcional y la oportunidad de vivir una vida plena y saludable“, señala Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), un departamento del Instituto Nacional de Salud (NIH).

Desarrollo del ensayo

Científicos del NIAID y del St. Jude Children’s Research Hospital (Tennessee) desarrollaron en equipo una terapia génica experimental que consiste en insertar una copia normal del gen IL2RG en las células del paciente. En este caso, sus edades no superaban los 14 meses de vida y carecían de donante genéticamente compatible. Primero, se extrajeron células madre de la médula ósea, después se introdujo en éstas un lentivirus diseñado para transportar el gen IL2RG normal de forma segura para finalmente infundir dichas células madre modificadas genéticamente en los pacientes. “Al tratarse de sus propias células, las posibilidades de rechazo se reducen a 0”, remarca la subdirectora del CIMA.

“Con ayuda de una baja dosis de un medicamento quimioterápico, las células introducidas comenzaban a producir nuevas células sanguíneas”, reza el estudio. Cuatro meses después, el número de células inmunitarias alcanzó el nivel adecuado y las infecciones virales y bacterianas que los participantes tenían antes del tratamiento se resolvieron después. La terapia génica experimental “fue segura en general”, según los investigadores, aunque algunos participantes experimentaron los efectos secundarios esperados, como un bajo recuento de plaquetas tras la quimio.

Estos resultados logrados con el nuevo enfoque de terapia génica “no tienen precedentes”, señala Harry Malech, jefe Inmunoterapia Genética en el Laboratorio de Inmunología Clínica y Microbiología del NIAID. Los enfoques de terapia génica de estudios anteriores lograban restaurar la función de las células T, pero no alcanzaban la función completa de otras células inmunitarias clave, incluidas las células B y las células NK. En el ensayo actual, los participantes desarrollaron células NK y células B.

Pulmones con ADN editado antes de nacer

A través de la edición genética con tecnología Crispr, un equipo de investigadores ha logrado corregir la mutación responsable de una grave enfermedad pulmonar que causa la muerte en las primeras horas después del nacimiento. De momento, sólo se ha comprobado en un modelo animal, pero es un primer indicio de las posibilidades y esperanzas que podría ofrecer la edición genética en el útero para tratar enfermedades de este tipo antes empezar la vida. Así lo señala un artículo publicado en la revista Science Translational Medicine y realizado por científicos del Children’s Hospital of Philadelphia. “El feto en desarrollo tiene muchas propiedades innatas que lo convierten en un receptor atractivo para la edición de genes terapéuticos”, según uno de los responsables del trabajo, William H. Peranteau. Esto resulta especialmente importante en las enfermedades que afectan a los pulmones, “cuya función se vuelve dramáticamente más importante en el momento del nacimiento”.